Barrio San Antonio

Es un barrio central de uso residencial, que es muy diferente a los demás barrios de Cali, se puede decir que es un barrio particular “Cali Viejo”.  Este barrio aun conserva su arquitectura manteniendo su identidad, el color de un pueblo pequeño dentro de una ciudad; La cultura que en este se mantiene con gran variedad de estilos y lo estético como lo son sus artesanías y el gran espacio para el arte, la tradición colonial que mantienen los restaurantes que allí se encuentran.

En este barrio cultural como también lo podemos llamar se cultivan las masetas, reuniendo la dulzura y alegría de la gente que allí habita.

Desde finales del siglo XIX, la ciudad de Cali, se prepara para celebrar una de las fiestas más tradicionales de esta ciudad, el Día del Ahijado; Es una ocasión perfecta para regalar a los niños las macetas de azúcar. Esta dulce tradición tan propia del Valle del Cauca desde hace siglos alimenta los sueños y la imaginación de los ahijados que saben perfectamente que los primeros días de mayo, se les obsequiarán las originales macetas caleñas.

 En lo alto de su colina encontramos la iglesia, que aún conserva sus paredes blancas que contrastan con el verde de la colina y los mil colores del paisaje que podemos observar; la iglesia es de un estilo mudéjar y en su interior resalta su altar que es estilo barroco con autenticas imágenes de la época colonial, sobresaliente se encuentra el patrono de la capilla San Antonio de Padua.

Entre los patrimonios no sólo de San Antonio sino de la ciudad se encuentra la capilla de los siglos XVII, XVIII y XIX. La capilla fue fundada en el año 1744 en homenaje.

Mito de la llorona de San Antonio

En 1.593 vivía en San Antonio el concejal Álvaro Pérez Llanos con su esposa, Micaela, un matrimonio que pertenecÍa a la clase alta de la sociedad. Con ellos vivía una hermosa joven empleada, gitana y mestiza de exhuberante belleza, llamada Margarita Hernández.

La leyenda cuenta que Margarita conoció en una fiesta a don Salvador de Ribera y se enamoró a primera vista, desatando una tragedia. Salvador estaba casado con doña Ana Maldonado, quien al darse cuenta de la infedelidad de su esposo, envió una carta al Obispo en España acusando a la pareja de adulterio y a don Álvaro Pérez, amigo de la familia de alcahueta.

La carta llegó a manos de la familia Pérez y al darse cuenta del penoso incidente, decidió matar a Don Salvador. Don Álvaro Perez esperó al enamorado tras la puerta de su casa; al verlo llegar desenvainó su espada para darle muerte, pero don Salvador se defendió con su espada e hirió a don Álvaro.

El alboroto despertó a Micaela quien, al darse cuenta del asunto, golpeó casi hasta la muerte a Margarita y la acusó de ramera y la echó de la casa. Margarita se suicidó en su alcoba y Don Salvador, por su parte, fue acusado de adulterio y desterrado.

La familia Pérez intentó ocultar la desgracia y lanzó el cuerpo de Margarita envuelto en una manta, a un muladar. Pronto don Álvaro Pérez comenzó sentir ruidos en la sala de su casa y en uno de sus chequeos, fue atacado con furia por el que se dice que era el fantasma de Margarita. Se dice que Margarita deambula las calles de San Antonio llorando su pena. 

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